17 de mayo del 2018
Este día en Venecia era uno de los más deseados porque me tocaba visitar la isla de Burano, una isla pequeña en la región del Véneto, multicolor y llena de canales de cuento a muy poco tiempo de Venecia. La visita a Burano desde Venecia en un día fue todo un acierto. Solo puedo tener palabras agradables y bonitas de todo lo que conocí en este pequeño al norte de Venecia. ¿Te subes al vaporetto y así te cuento las cosas que hacer en Burano en 1 día?
La isla de Burano está situada en la laguna de Venecia y se llega a ella mediante vaporetto. Como al día siguiente regresaba a casa, este día me interesaba sacar la tarjeta de 24 horas del vaporetto y así, a parte de aprovecharla con mi visita a la isla de Burano, también lo podría hacer con la isla San Giorgio Maggiore, con los vaporettos que cruzan el Gran Canal y con el vaporetto del día siguiente hasta la Piazzale Roma (desde donde salía la guagua para el aeropuerto) ¿Te has dado cuenta todo lo que pude hacer con esa tarjeta?
¿Cómo ir a Burano desde Venecia en un día? Qué ver y qué hacer en Burano, el pueblo de colores.
El día anterior ya me había informado desde donde salía el vaporetto para visitar la isla de Burano desde Venecia en un día y las horas a las que partían (cada 30 minutos). Como me estaba quedando en la plaza de San Marcos, mi estación de vaporetto más próxima era la San Zacarías. Si estas alojado en la zona de Cannaregio, tienes que ir hasta Fondamenta Nuove y coger el vaporetto de la linea LN. Precio del vaporetto sin la tarjeta 24h, ida y vuelta 14€
Cogí el vaporetto a las 10:15 desde la estación A de San Zacarías y en una hora, después de hacer 3 paradas, llegué a Burano. Desde lo lejos podía apreciar el bonito colorido de las casas.
Nada más bajarme y pisar su suelo, ya sabía que ese sitio me iba a gustar y mucho.
¿Qué ver y qué hacer en Burano en un día?
Burano se encuentra 7 km de Venecia y en ella viven 4000 habitantes con las fachadas de sus casas de colores; verde, amarillo, morado, azul, rosa …. Esta isla está considerada como una de las ciudades más coloridas del mundo ¿Es fácil saber por qué, verdad?
¿Sabes qué hacer en Burano en un día? ¡Disfrutar!
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Cuando me bajé del vaporetto crucé por una calle llena de tiendas y empecé a ver los primeros callejones coloridos. No tenía un rumbo fijo, con lo que me metía por donde veía en busca de lugares que me sorprendieran. A medida que me iba adentrando en su arcoiris, los lugares me iban dejando impresionada.
Había muy poco turismo y puede disfrutar de muchos de sus rincones completamente sola.
Pude ver a los lugareños haciendo las tareas domésticas, arreglando sus fachadas (los vecinos están obligados a mantener sus fachadas acicaladas), barnizando puertas, regando sus plantas, etc …
Hasta las cosas más normales como una bicicleta apoyada en la pared, le daba un toque mágico al sitio.
La isla de Burano está habitada mayoritariamente por pescadores que a día de hoy todavía faenan en la laguna.
¿Sabes por qué las fachadas de las casas son de colores? Según la leyenda, los pescadores decidieron pintar sus casas porque en invierno la laguna se llenaba de niebla y los pescadores tenían bastantes problemas para regresar a casa. ¿Te imaginas ir en una barquita sin tener nada de visibilidad y que de repente, en medio de la niebla, te encuentres estas fachadas de colores? La verdad que es algo muy curioso y una idea fabulosa.
Estuve paseando por varios canales y no podía dejar de inmortalizar el momento. Todo era tan bonito y tan colorido que no me cansaba de callejear por el pueblo.
Durante mi visita encontre una casa todavía más bonita y diferente a las demás, la ‘Casa Bepi’, que se encuentra detrás de la Via Galluppi . Esta casa pertenecía a Bepi Sua, un vecino bastante amigable y que durante sus años de vida cambiaba el aspecto de la fachada de su casa para regalarle a los turistas instantáneas completamente diferentes. Tras su muerte decidieron restaurar la casa como homenaje a este buen hombre, dejándola al estilo Bepi, llena de figuras geométricas y mucho color.
Para encontrar la casa tuve que preguntar a una vecina porque en el mapa no quedaba muy claro por donde había que meterse. La señora, encantada, me guío hasta la casa con una enorme sonrisa.
Burano no sólo es conocida por sus casas de colores, también esta isla es conocida por los encajes, que se dice que son los mejores de Italia. Hay un museo dedicado a este arte en la Piazza Baldassare Galupp, donde se pueden ver encajes al estilo cubre mesas o de prendas de ropa.
Las tripas me sonaban como si tuviera demonios en la barriga, eso me avisa que era hora de darle de comer a la fiera. Como estaba por la calle principal, la Vía Baldassare Galuppi , me puse a mirar las cartas de los restaurantes y finalmente decidí sentarme en el Café Vecio, con vistas a la única iglesia de la isla, la San Martín. Muy cerca de la iglesia está el museo de encajes.
Después de comer dí por finalizada mi visita por esta isla maravillosa y puse rumbo con el vaporetto a la plaza de San Marcos para visitar la isla de San Giorgio Maggiore.
El vaporetto me dejó en la estación de San Zacarías y fui hasta la estación de vaporetto B (está la A, B, C, D ..),que me llevó a la isla de San Giorgio Maggiore. No saqué un billete nuevo de vaporetto porque tenía la tarjeta 24 horas y me valía para todo el día y para el día siguiente.
La entrada a la iglesia es gratuita y en su interior puedes encontrar varias pinturas de Tintoretto; La Ultima Cena y la Recogida del maná, en las paredes el revistero y otra en la capilla de los muertos.
Después de estar un rato viendo el interior de la iglesia, saqué la entrada (el precio de la entrada fueron 6€ ) y fui hasta el ascensor que llevaba hasta lo alto de la torre del campanile. Hacía un poco de fresco pero no me impidió disfrutar de las buenas vistas panorámicas de Venecia y, en concreto, de la plaza de San Marcos, así como de la propia cúpula de la iglesia y del claustro del antiguo monasterio.
Acabada mi visita por la isla de San Giorgio Maggiore, cogí de nuevo el vaporetto hasta la estación San Zacarías y allí me subí en el vaporetto nº 2. Como ya dije anteriormente, saqué el billete de vaporetto 24 horas con lo que tenía que aprovecharlo al máximo y ¿dónde mejor que en el vaporetto nº2 cruzando el Gran Canal? El vaporetto nº1 también pasa por el Gran Canal pero el nº2 lo hace con menos paradas.
Llegué al vaporetto y corriendo me puse en la parte de delante. Conseguí una silla libre y fui disfrutando de mi crucero barato por el Gran Canal hasta llegar a la zona de Rialto, donde me bajé para comer un helado de la heladería Suso. Las vistas fueron increíbles, tal y como las recordaba el día que llegué.
Había un poco de cola en la heladería, pero eran tantas las ganas de comerme otro helado que esperé unos 5 minutos. Esta vez me pedí los sabores: Mate (chocolate con una cobertura de pistacho) con Peanuts y lo disfruté sentada en el canal viendo como las góndolas navegaban.
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Cuando se fue el sol y el fresquito se empezó a notar, me levanté de la plaza y fui de nuevo a la zona de Rialto a comerme otro helado como despedida de Venecia. ¿Qué buena despedida, verdad?
Hasta aquí el post de mi visita a la isla de Burano desde Venecia en un día. Con esta última visita acabo mis diarios de Venecia, espero que les hayan gustado y que les ayude para el próximo viaje.
¡Hasta la siguiente, viajeros!
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