Cuando puse mi vista en Myanmar quería buscar experiencias enriquecedoras y una de las que más me llamaba la atención eran ellas, las mujeres de cara tatuada.
Me puse a buscar información sobre cómo llegar y prácticamente era un misterio. Muchos blogs contaban su experiencia, pero solo muy pocos tenían buena información, aunque llegar seguía siendo algo confuso. Sin tener claro cómo llegar, ni de cómo encontrarlas, dejé atrás la ciudad de Mandalay para aventurarme hacia las bonitas montañas.
Myanmar es un país enriquecido por multitud de minorías étnicas. El gobierno reconoce alrededor de unas 140 – 160, siendo las más importantes Chin, Rakhine, Bamar, Shan, Kayah, Mon y Kachin entre otras. En el estado de Chin existen alrededor de 53 tribus, de las cuales, solo 10 tienen la cara tatuada.
¿Por qué las mujeres se tatuaban la cara? Su origen no está del todo claro aunque existen varios mitos.
Se dice que en la región de Chin, las mujeres eran las más guapas del país. Su belleza era tan arrolladora que hasta el mismísimo rey no podía resistirse a ella, por eso, elegía una mujer para llevársela a palacio. Hasta aquí todo muy bonito y con una bella historia, pero pasado el tiempo, ese rey que un día fue deslumbrado por una mujer bella, la abandonaba en el bosque a su merced. Los ancianos de las tribus cansados de que se llevaran a sus niñas, tomaron una decisión para defender a sus pueblos de tales “raptos”, tatuar la cara a las mujeres para así afearlas. ¿Crees que consiguieron su propósito?
Otro de los mitos que ronda sobre las tribu de las cara tatuadas, es que las que no tuvieran su rostro cubierto por tinta estaban destinadas a acabar en el infierno, mientras que las que si las tuvieran irían al cielo. Muchas de ellas, católicas ( 85% de la población), se tatuaron la cara por miedo.
Esta práctica poco a poco fue tomando forma y así, cada tribu logró tener su dibujo característico con; lineas, círculos o puntos.
Entre los 9-14 años les empezaron a tatuar la cara para ocultar su gran belleza. Era una técnica muy dolorosa (según me contaron ellas) y para ello se utilizaba una planta especial con unos pinchos (especie de agujas) como instrumento, y mezcla de plantas y riñones de búfalo como tinta. Con el tiempo se consiguió el efecto contrario, pasando a ser las mujeres de cara tatuada los rostros más bellos del país.
Sea como fuere, detrás de todos estos rostros se esconden muchas historias, historias que he tenido el privilegio de escuchar de sus propias bocas mientras les agarraba fuertemente la mano y que en algunos años se extinguirán como ellas. Las abracé, las besé, me reí y conocí a sus familias, cuando ya no estén y solo quede registrada su existencia en libros, las recordaré como una de las cosas más bonitas y enriquecedoras que me dio Myanmar.
En los años 60 el gobierno prohibió el tatuaje facial. Se dice que fue para evitar la “tortura” y las pocas medidas higiénicas con las que se hacían, por eso, casi todas las mujeres de cara tatuada que encontrarás durante tu visita al estado de Chin son ancianas (quedan muy pocas jóvenes).
¿Cómo controlan a la población? Todo lo referente a las tribus de cara tatuada me pareció fascinante y me hacía muchas preguntas, una de ellas era como controlaban que la población no se tatuara. Al parecer, el gobierno tiene un control de cuantas caras tatuadas hay por pueblo. Cada cierto tiempo un trabajador acude para verificar que los pueblos siguen cumpliendo la norma de prohibición de tatuar los rostros. Al parecer las multas por no cumplirla son bastante altas.
La palabra Chin en birmano significa cesta. Mucha parte de la población lleva una toalla en la cabeza en forma de cesta para guardar alimentos u objetos, de ahí su nombre.
CONTENIDO DE ESTE POST:
¿Qué trekking debo hacer para ver a las mujeres de cara tatuada?
Todo depende del tiempo que dediques a esta zona. Puedes hacer un día de trekking a pie alrededor del pueblo de Mindat, puedes hacer un trekking de una noche y dos días visitando algún pueblo cercano o puedes hacerlo como yo, un trekking de dos noches y tres días en moto por el Monte Victoria. Elegí esta opción porque si has seguido mi gran viaje, me estaba recuperando de una lesión en el pie y no quería forzarlo, además, al ir en moto tenía la posibilidad de conocer más tribus. Mira mis stories destacados en Instagram sobre Myanmar que te lo cuento todo.
Durante mi trekking de dos noches y tres días pude convivir con ellas y con sus familias. Tenía claro que no quería hacer la típica excursión de medio día para sacarles cuatro fotos e irme, quería conocerlas de verdad, saber las verdaderas historias que hay detrás de esos rostros curtidos.
La tribu más común de esta zona es la Muum, pero pude ver algunos rostros de las tribus; Daai y Chin Pon, esta última la encontramos de casualidad en uno de los pueblos próximos a Mindat.
Trekking para ver las mujeres de cara tatuada
Día 1: A las 8.00 am estaba mi guía Thang esperándome en la puerta de mi hotel, el Vakok. Hay muy pocos hoteles en la zona y este no tenía malas condiciones. El hombre que regenta el hotel se preocupó por mi en todo momento y me ayudó con mis dudas.
Mi día empieza en el pueblo de Mindat, un lugar donde la vida es bastante sencilla. A medida que vas aventurándote por sus calles, vas viendo niños sonrientes al verte y a ellas, las mujeres de rostro tatuado. ¡Que pasada!
Mi primera primera parada del día empieza en el pequeño patio de una casa privada, donde un señor descendiente de la tribu Muum con buen nivel de inglés, me explica todo lo que su museo contiene. Ropas tradicionales, fósiles, utensilios para cocinar, cazar o beber, huesos de animales que él o su padre cazaron, bisutería con muchos años de historia y el altar de los sacrificios, ubicado en el patio principal de la casa.
Si vas a recorrerte el pueblo por libre, en el maps. me está localizado como Chin antiques and Culture Exhibicition Centre. Hay que pagar una pequeña donación si vas solo.
Tras acercarme un poco más a la tribu Muum, Thang me llevó hasta el mercado local para comprar las provisiones para los próximos días. Mientras él hacía todas las gestiones, decidí perderme por sus tienditas fotografiándolo todo.
Es el turno de conocer a una celebrity en el pueblo de Mindat, Yaw Shen. Esta abuelita de cara sonriente y orejas enormemente perforadas, tiene 93 años y es famosa en el pueblo de Mindat por tocar la flauta con la nariz. Hace algunos años existían otras dos mujeres con este arte, pero en la actualidad solo queda ella. Su tatuaje de la cara representa a la tribu Daai y al no ser común en el pueblo, se dice que posiblemente al enviudar regresó al pueblo a vivir con sus hijas y nietos.
Cuando llegué a su casa la familia me recibió con los brazos abiertos. Yaw Shen estaba sentada al lado del fuego y es que, aunque en esta fecha (octubre) hace calor en Myanmar, en esta zona las temperaturas son bastante frías. No dudó en ponerse la ropa típica de su tribu para deleitarme con su magia tocando la flauta con la nariz y yo por supuesto, me quedé mirándola atenta y sonriente.
No hay que pagar por sacarle fotos a estas mujeres, pero si es cierto que a Yaw Shen hay que pagarle un precio fijo (5000 MMK ) ¡Es una gran famosa! ¿A nuestros famosos les pagan por acudir a eventos o conciertos, verdad? Según me contó mi guía, parte del dinero que se obtiene de las donaciones es para mejoras en el colegio, donde su hija da clases y es el lugar donde se encuentra su casa.
El Parque Nacional Nat Ma Taung es el lugar donde habitan muchas de las tribus. Esto ha creado un conflicto con el gobierno porque pretende expulsar a las familias de esta zona del Monte Victoria y ellos se resisten a abandonar sus hogares. Para poder acceder hay que pagar 10.000MMK , esto no está incluido en el precio del trekking.
Tras quedarme completamente perpleja al tener contacto con una de ellas y su familia, nos subimos a nuestra moto para dirigirnos a un pueblo muy pequeñito situado en la ladera de la montaña, llamado Luke Pe.
Había una liga de fútbol muy famosa en esta zona y oye, ya que estaba, pues me paré a ver como jugaban a la pelota.
Tuvimos una avería en nuestra moto y mientras Thang solucionaba el problema, yo daba vueltas por el pueblo jugando con los niños y sacándoles fotos, aunque tengo que decir que no les hacía mucha gracia e incluso a los más pequeños les daba bastante miedo. Al rato y con las risas se les pasó un poco y pude dejar constancia en mi tarjeta Sd de sus rostros inocentes.
Habían muchas caras tatuadas en este pueblito y claro, no dudé en poner el ojo tras el visor y darle al botón de inmortalizar.
Cuando llegó Thang, me llevó hasta la casa Om Awi, de 45 años, la más joven de todas las que vi durante mi trekking por el Monte Victoria.
Nada más sentarme al lado de Om Awi me percaté de su timidez. Casi no sonreía y no me miraba a los ojos. Yo no paraba de sonreír porque me parecía una persona extraordinaria y su historia seguro que lo era todavía más.
A los segundos se relajó y comenzó nuestra relación. Ya me miraba fijamente e incluso se reía, es más, no parábamos de reír. Hubo unos segundos que reíamos a carcajadas porque no nos entendíamos nada, pero estábamos contentas de conocernos. Thang nos ayudó para poder comunicarnos.
No recuerda a que edad exacta se tatuó, pero me contó que era muy pequeña, puede que tuviera unos 6 años. Al ser una de las más jóvenes, seguramente el tatuaje se lo hizo cuando el gobierno tomó la decisión de prohibirlo. Dice que fue junto a dos amigas y que les dolió mucho.
No está casada y actualmente no tiene hijos.
Este diseño de lineas, círculos y puntos, representa a la tribu Muun y aunque al principio no le gustaba mucho, actualmente está orgullosa de llevarlo.
De camino a la casa donde nos íbamos a quedar a comer vimos unas mujeres cosiendo con un telar y le dije a Thang que quería pararme a hablar con ellas y regalarles alguna foto.
En este pueblo paramos a comer y a descansar para seguir hasta nuestra última parada del día.
Cogimos nuestras moto y tras unos cuantos km, llegamos hasta una especie de “hotel”, donde dormimos esa noche.
Uno de los amigos de Thang se casaba, así que su grupito de amigos llegaron en jeep hasta donde estábamos nosotros y así poder celebrarlo todos juntos.
Día 2: Amanece un día precioso aunque algo frío. El lugar donde nos quedamos era bastante cómodo y las habitaciones estaban bastante limpias.
Después de desayunar nos pusimos en marcha para seguir con nuestra ruta por el Monte Victoria.
Llegamos hasta la casa de Ghing The Htan. Esta abuelita de cara curtida y mirada triste se encontraba sola en casa. Sus hijos habían salido a buscar víveres para los próximos días.
Ghing no recordaba su edad, pero sus kilos de dulzura me daban a entender que podría tener unos 90 y tantos. Sus ojos casi ciegos por las cataratas me miraban fijamente, mientras esa sonrisa casi sin dientes se abría hasta las orejas.
Aunque Thang hacía esfuerzos en trasmitirle mis preguntas a Ghing, ella no las contestaba correctamente, por lo que posiblemente sufre de algún tipo de demencia. Esta abuelita marcó mucho mi camino por el Monte Victoria.
Aunque su piel curtida no deja ver claro su tatuaje, sus lineas y puntos representan a la tribu Ngaah.
Seguimos con nuestra ruta pasando por varios pueblos con mujeres de cara tatuada hasta llegar a casa de Naing Shen, de 72 años. Ella era la madre de uno de los mejores amigos de mi guía Thang, así que con quien mejor para convivir que con ella y su familia.
Thang me ofreció quedarme en un hotel, pero decidí quedarme con él en el suelo del salón de casa de Naing. Convivir con su familia y comer todos de la misma mesa, es una de esas cosas que busco en mis viajes. Me gusta mimetizarme y aprender de culturas totalmente opuestas a la mía.
Día 3: Último día por el Monte Victoria en moto buscando las mujeres de cara tatuada.
Llevaba varios días sin descansar bien y tantas horas en moto me iban agotando, pero recuerdo tener fuerzas para 20 días más. Esta experiencia estaba siendo un verdadero éxito y estaba disfrutando de estas tribus muchísimo. Ellas, su familias, sus casas, sus costumbres, todo estaba siendo precioso y enriquecedor.
El día estaba claro y se podía ver la bonita vegetación de las montañas.
Mindat quedaba a bastantes km de dónde estábamos, así que nos pusimos manos a la obra para llegar al mediodía y así evitar que se nos hiciera de noche por el camino.
Paramos en un pueblo a poner gasolina, con la suerte de que allí habitaban dos mujeres de cara tatuada. Thang preguntó por casualidad y nos dieron indicaciones de dónde se alojaban. ¡Estábamos de suerte!
Tras varias señales de los habitantes del pueblo, llegamos hasta la casa de Kimana.
Kimana es una señora de 70 años muy sonriente y bastante sociable. Le gusta mucho hablar, aunque no puedas entenderla. Tiene dos hijas y una de ellas vive en EEUU, por eso sabe decir algunas palabras sueltas en inglés (muy pocas). Le hubiera gustado seguir con la tradición de su tribu y tatuar la cara de sus hijas.
Sus lineas y puntos, al igual que las de Ghing, representan a la tribu Ngaah. Ella no dudó en vestirse con las mejores galas para enseñarme los colores típicos de su tribu (a la izq).
Cuando llegué estaba rodeada de su hija, sus nietos y los vecinos. Se pasan horas en el porche viendo como los más pequeños pintan o hacen cualquier trastada. Una vida sencilla y simple.
Nuestra ruta estaba llegando a su fin, pero antes de seguir nuestro camino hacia Mindat y antes de marcharnos de este pueblo, fuimos hasta la casa de Daw Hla Tin.
Thang estaba muy contento de haber parado en este pueblo, no sabía de la existencia de ellas y claro, yo lo estaba también.
Daw Hla Tin, de 88 años y con un carácter muy marcado. Muy seria al principio y un poco desconfiada. Cuando llegamos a su casa no fuimos bien recibidos y tras la insistencia de Thang en conocerla, se abrió un poco con nosotros.
Estuvimos casi 30 minutos con ella y después de ver nuestras intenciones, Daw Hla Tin se relajó. Era la primera vez que veía a una turista y su cara de miedo/curiosidad lo decía todo. Conocimos a una señora con sentido del humor y muy cercana al coger confianza.
Es viuda y su tribu queda a miles de km de este pueblo, por lo que posiblemente llegó hasta allí por su marido. Tiene un hijo soldado que actualmente esta combatiendo en la guerra que aún existe en Myanmar. La vecina de la casa de en frente cuida de ella y pasó con nosotros el rato que duró nuestra visita.
Se tatuó la cara de mayor y lo hizo porque todas las de su tribu lo llevaban. Aunque sabe que esto la hace diferente, no le gusta su tatuaje.
Su cara, cubierta por un manto negro, representa a la tribu Chin Pon.
Después de un rato en moto llegamos a Mindat. Thang me dejó en mi hotel, donde me estaba esperando Daniel, el dueño del hotel Vakok.
Antes de empezar el trekking, Daniel se encargó de registrar por mi seguridad todo lo referente a Thang en su libro ; de qué empresa era, dónde vivía, su numero de teléfono, etc … y cuando me vio la cara de felicidad al regresar, se alegró de que todo saliera como lo esperado.
Elegí la empresa Naing trekking & Travel Services aunque no tenía recomendaciones sobre ellos. Lo localicé por Facebook a 3 días antes de llegar a Mindat y hubo buena comunicación en todo momento. Thang fue un guía fantástico.
El precio del trekking varía según el número y los días. Al ser yo sola el precio me incrementó bastante, pero eso no iba a ser impedimento para esta experiencia. Pagué por un trekking de dos noches y tres días en moto por el Monte Victoria 300.000 MMK (comidas y bebidas incluidas).
Recomendaciones para el trekking en busca de las mujeres de rostros tatuados
– Aunque por el día hace bastante calor, por la tarde/noche refresca, así que lo ideal es que te lleves pantalón largo y algo de abrigo.
– Lleva todo el metálico que creas que puedes utilizar porque en esta zona no hay cajeros automáticos.
– Cena lo antes posible porque en el pueblo desde que se va el sol, todo cierra.
– Durante el trekking no te ducharás, así que lleva toallitas de higiene intima.
– Solo existe un pueblo (el ultimo día) con tiendas para recargar los datos del móvil, por eso, antes de llegar a Mindat, intenta ponerle GB extras a tu tarjeta de datos.
– Aunque sientas la necesidad de dar una donación a estas mujeres y sus familias, habla con tu guía y que él le entregue esa donación al “jefe” del pueblo, así no solo las ayudarás a ellas sino que tu donación irá destinada a colegios, obras de casas, alimentación o cualquier otra cosa que el pueblo necesite.
– Tienes que tener claro que venir a conocer a las mujeres de cara tatuada te llevará tiempo. Necesitarás un día para llegar y te irás al día siguiente de tu llegada del trekking.
¿Cómo llegar y salir de Mindat?
Llegar a Mindat no es tarea fácil, aunque cuando algo se quiere, se puede.
– Si llegas desde Mandalay, hay una guagua directa por 12.000 MMK Esta opción fue la que elegí yo. La casa donde paran las guaguas está frente al E1 Motel.
– Si llegas desde Bagan, tendrás que pasar primero por Pakoku y una vez ahí, tendrás que coger una minivan hasta Mindat.
– Si llegas de otros puntos de Myanmar, tendrás que hacer parada en Pakoku y de allí a Mindat.
– Para salir de Mindat pagué 7500 MMK por una guagua (bus) que me llevó hasta Pakoku y allí cogí otra guagua por 23800 MMK (vip nocturna) para Yangon. Me ayudó Daniel el de mi hotel Vakok para hacer las reservas.
Espero que les haya gustado este post sobre las mujeres de cara tatuada y si tienes cualquier duda contactes conmigo a través del formulario de contacto o de mi Instagram.
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Hasta el siguiente post, viajeros!
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